Sostiene Plasencia que la Latina no es lo que era, que la élite cultural y física con gafas de pasta y pelo paje se habrá mudado a otra ciudad, que en los domingos de rastro ya no hay más que chusma en los bares, que en la Escondía ponen las cañas cada vez más chicas, que no le gusta la comida de la Musa si se pueden comer tostas a tres euros.
Sostiene Plasencia que los domingos no deberían existir, que uno no se puede emborrachar a gusto pensando que al día siguiente tiene que ir a currar. Sostiene Plasencia que él a las diez de la noche se mete en la cama, para afrontar la realidad del inicio de semana con valentía.
Sostiene Plasencia, que las niñas guapas son cada vez menos guapas, aunque las faldas sean cada vez más cortas. Y que las francesas ya no son tan francesas como antes.
En fin, sostiene el maestro que en casa se está mejor que en ningún sitio, salvo en esta casa, que hace un frío del carajo...
5 comentarios:
Te quejarás Plasencia!!
Plasencia. Ese sabio incomprendido. Debería publicar sus memorias, si es que se acuerda de algo, con esas kurdas que dicen las malas lenguas que se pilla últimamente...
Me ha gustado mucho tu entrada Débora, será que estoy sensible estas últimas semanas pero me ha calado muy hondo. Lo que no me atrevo a decirte en casa, viviendo pared con pared, te o escribo por este medio. Te estimo.
qué bueno el texto... os estimo
sostiene plasencia con buen criterio que llegados a una edad lo más conveniente es recogerse antes de las 3 y levantarse al día siguiente sin resaquita
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